DESPEDIDA DE RUBI

Rubén Vázquez pone rumbo a Logroño a vivir una nueva experiencia como  entrenador ayudante en LEB ORO.

 Desde el club Maristas, tu club queremos desearte lo mejor en esta andadura  que vas a comenzar. Ojalá todos tus sueños se hagan realidad, disfruta de  esta oportunidad. Mucha suerte!!!

 Os dejamos la "carta de despedida" que Rubi nos ha dejado a toda la familia  del Club Maristas,

 "Me pongo delante del ordenador para escribir unas palabras que nunca pensé que escribiría, hoy, 3 de Julio de 2014, digo “hasta luego” a mi casa, a mi gente, a mi familia, a mi club, Maristas.

 Digo “hasta luego” porque estoy convencido de que esto no será  un “adiós”, sé que volveré más pronto que tarde a mi casa, con la gente que me vio crecer desde los doce hasta los veintisiete años, con la gente que siempre me ha apoyado y me ha ayudado a mejorar como persona y como entrenador de baloncesto. Maristas siempre ha sido mi familia, el lugar sobre el que ha girado toda mi vida, el lugar en el que podía pasar horas y horas entrenando, conversando, riendo…Todas esas vivencias me las llevaré siempre conmigo allá donde vaya.

Todo empezó durante el Septiembre del 2003, cuando, poco días después del fallecimiento de mi padre, Susana Lousame me llamaba para que la ayudase con “el equipo de las mayores”; desde aquel Sábado de Septiembre ya han pasado más de once años, probablemente los once mejores años de mi vida. Agradecerte a ti, Su, el haberme implicado en este proyecto que nos ha llevado a vivir cosas inimaginables, gracias por tu comprensión y cariño a lo largo de todo este tiempo, tu respeto y tu confianza me han hecho ser mejor entrenador y mejor persona. Gracias a vosotros, compañeros-amigos, los que siempre habéis estado ahí conmigo sin pedir nunca nada a cambio, vosotros, que os habéis recorrido media España en una furgoneta, sabéis lo que significa para mi este nuevo reto. Gracias por haber estado siempre a mi lado ayudándome en todo lo que hiciese falta, sin vosotros nada hubiese sido igual. Gracias Román, Jose, Isi.

Gracias a todos mis compañeros entrenadores, sin duda, ellos/as son el principal patrimonio de este club, la gente que se deja su vida en cada entrenamiento, en cada partido y, sobretodo, en todas las labores que giran alrededor de esta maravillosa estructura. Sin ellos/as, nada de esto saldría adelante.

Agradecer, también, a todos/as los jugadores/as que he tenido la fortuna de entrenar a lo largo de todos estos años. Ellos/as me han hecho mejor entrenador y mejor persona. Gracias por haber depositado vuestra confianza en mi, siempre me quedaré con vuestro cariño y respeto hacia mi trabajo. Gracias en especial, al equipo infantil femenino, a las niñas con la que he pasado mis tres últimos años, los mejores de mi etapa como entrenador. Espero que no os olvidéis de mi, yo nunca me olvidaré de vosotras.  Nunca me faltéis!

Para ir terminando, quiero agradecer el cariño de los padres de los diferentes equipos que he entrenado a lo largo de estos años. Siempre me he sentido muy querido y respaldado por todos, respetado en todo momento e implicado en el seno de vuestras familias. Para mí, ha sido un placer haber compartido estos años con vosotros. Por otro lado, quería brindar mi agradecimiento a Primitivo Blanco, por ser un referente para mi, y a Julián Cuenca y Manuel Sánchez, personas que me han guiado en mi formación deportiva.

Dejo en último lugar a la persona más importante de mi vida, mi pareja, Vero.  Sin ti, nada de esto hubiese sido posible. Gracias por haberme querido desde el primer día hasta hoy. Te quiero.

Mi nuevo reto se encuentra en Logroño, La Rioja. Seré entrenador ayudante del CB Clavijo de Leb Oro. Acompañaré a Antonio Pérez en esta nueva experiencia, intentando aportar, tanto a él como al club, todo el baloncesto que aprendí en Maristas.

Gracias Maristas por habérmelo dado todo durante este tiempo. A partir de ahora, seré un aficionado más desde la distancia y un entrenador más en los Campus.  Ser de Maristas es lo más grande que me ha pasado nunca, prometo teneros siempre presentes.

Hasta pronto!

           Rubén Vázquez